lunes, 13 de febrero de 2012

Ven y llévame.

Puede que solo sea casualidad, el choque inesperado de mi instante y tu momento. Te veo en el vaho de las mañanas frías que exhalo en mi aliento, que llevo tan dentro y expulso como si no me hicieses falta. Otras, en cambio, eres la humedad de la hierba, la que solo me cala si me dejo caer sobre ella, buscando un escalofrío de lluvia no consumada.
Pierdo el tiempo pensando que lo estoy perdiendo y me sorprende que aun no me haya enfriado tanto calor malgastado. Lo cierto es que no me importa estar así, al acecho de un gesto, una sonrisa, un detalle, un momento tuyo y mio, un instante solo nuestro.
Dices que eres una gota de agua que empaña mi ventana, pero yo sé que eres ese mar que viene a removerme las olas. Lo cierto es que no me importa estar aquí, esperando que me arrastre tu marea, que me destierres de una vez los pies hundidos en la arena.

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