Deja que te bañen los latidos del río que desciende por mi
espalda cuando me rozan las ondas de tu voz. No te asustes si ves que viene
contaminado con todos los besos que voy a robarte. Sumérgete en mis ojos. Y no
te asustes si sientes que no quieres volver a la superficie y prefieres
ahogarte en mi charco que secarte sin mí.
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