Eres eterno y eres fugaz. Eres tan frágil que no me acerco a ti por si te rompo el cristal. Y eres tan fuerte que te alejo de mí para que no quiebres mis alas. No sueltes mi mano si no me dejo querer, que no podría quererte si no crees en mis delirios. Si tú no me crees, dime ¿quién lo hará?
Sé que a veces no comprendes, que a veces mis palabras están donde no tienen que estar y me sobran los silencios.
Quiero que sepas que ésta es mi única forma de querer, pero es también mi manera de matar.
Riesgos colaterales de algo que sabes que no tiene ni inicio ni final. Una pregunta, ¿por qué? Una respuesta "hola", una palabra, cuatro letras, que acompañadas de una mirada... te hace saber qué es lo que está a punto de ocurrir, lo que ocurrió, y posiblemente, lo que ocurrirá.
ResponderEliminarLo triste, lo alegre; lo moral, lo que no se debe hacer; lo fuerte, lo débil; lo eterno, lo fugaz... Todo tras cuatro letras, que acompañadas con un rayo de luz permitirá saber si uno se acerca mientras el otro se aleja. Entonces, ¿por qué continuar? ¿Qué te mueve a seguir algo que antes conocías como una farsa, una mentira de la vida, una equivocación? ¿Qué te hace creer que esta vez la mirilla no se ha estropeado? ¿Qué esta vez aunque dejes los ojos abiertos no se escapará la luna?. “Hola”.
Ni libre ni ocupado, toda la vida en esta gran ciudad, subiendo gente al taxi, contando su historia. Recorriendo este asfalto rugoso, envejecido. Para más tarde, dejarle donde quiere, o incluso en el mismo sitio, si lo que quiere es darse un paseo, muchas veces; encontrando gente que pasa encendiendo cerillas, que hacen que la madera derretida, erosione el coche, parándome para aquellas personas que lo único que quieren es que detenga el camino, que cese mi ambición por seguir entre estas dos rayas blancas que conforman la carretera, una ambición inocua, a su vez fatua, pero en el fondo agresiva y atractiva. Gente que se monta en el coche, y te hace sentir una conexión, aunque ni si quiera te haya mirado, gente que entra en el automóvil, y se mantiene hierático tras decirte su destino. Una carretera larga, que en una gran ciudad, como es esta... muchas veces da igual ir en coche, andando o en metro, lo importante es llegar.
Un vehículo, que aunque cambie su carrocería, su contrato publicitario, aunque arriba, debajo de la palabra taxi no siempre haya llevado el “0” de libre, su piloto, y su interior… siempre será el mismo, y que aunque este coche se arriesgue a ser asesinado, le gusta ser querido, dejando a un lado la carretera, que también hay una acera, donde poder descansar y tomarse un momento egoísta, que acaba de comenzar…
CONTRATO FIRMADO.
CONTRATO AUTODESTRUIDO.