domingo, 26 de febrero de 2012

Sacúdete las horas que no estás conmigo.

Deja que te bañen los latidos del río que desciende por mi espalda cuando me rozan las ondas de tu voz. No te asustes si ves que viene contaminado con todos los besos que voy a robarte. Sumérgete en mis ojos. Y no te asustes si sientes que no quieres volver a la superficie y prefieres ahogarte en mi charco que secarte sin mí.

sábado, 25 de febrero de 2012

Huellas

Son de nieve las mentiras que precipitan de tus labios. Son tan blancas como puras. Son mentiras que no engañan. Ni hacen daño. Porque ya las conozco. Pero dejan huella. Y ya es tiempo de cambio. Es tiempo de olvido. Mejor, de crear nuevos recuerdos. Las mentiras se deshacen con la primavera. Es hora de comerse el sol, que está recién puesto en el cielo. De entenderse con los pájaros que no saben cantar.
Iré a la pata coja un rato, hasta que me dejes de hacer falta para andar.

jueves, 23 de febrero de 2012

Sin título. Sin ti.

Llámalo como quieras. Yo no me atrevo a darle nombre, sería encerrar un sentimiento entre letras. Es mucho más que cualquier palabra. Es con lo que me levanto cada día. Es el té con menta a media mañana. Que me enseñes lo que ahora sólo puedo imaginar. Lo que me queda por descubrir. Conocerte tan bien que pueda predecir cada movimiento. Que cierre los ojos y aparezcas bailando. Y contigo, una sonrisa inevitable. Que captes una palabra, un detalle entre tantos gestos sin valor y me lo devuelvas. Que sin darme cuenta me hayas colocado este marcapasos acelerado en el pecho.
Con dos palabras calmas el remolino mental. El mismo que provocas.
No puede ser necesario algo sin lo cual he sobrevivido tanto tiempo. Y sin embargo, así lo siento, como una dosis de seguridad en las venas, o una calada de plenitud.  Quizás debería pensarme tu inocuidad, pues cada vez más necesito liarte, sentirte entre mis labios, prenderte y volverte a fumar. 
Que me des otro aliento de complicidad. O el capricho de ser feliz.
Llámalo como quieras.

lunes, 20 de febrero de 2012

Ingenua

Para otra vez, aprenderé a mentir.
Reconozco que si no estamos ya volando y seguimos dando tumbos en el suelo es por mi culpa. Tengo el ala rota. Y tú no me escuchabas cuando te lo advertía. Solo desplegabas ante mí tu entusiasmo por despegar. Y tú no me creías, por que, al principio, todos mienten. Yo no. No me gustan las mentiras, como tu promesa de que todo será sencillo. -Sólo déjate llevar- dices, pero nunca me das la mano.  
Para otra vez, aprenderé a mentir. A ver si así desconfías y me “echas un ala”, o me prestas tus plumas. O a ver si así desconfío y me doy cuenta de que, en realidad, no quieres volar conmigo.

domingo, 19 de febrero de 2012

Muerte.

Las horas muertas mueren sin ganas. Se aburren de esperar la caída del grandioso emperador de nada, el Tiempo. Que se comen las uñas, los dedos. Cenizas de ayer son mis recuerdos. Otra vuelta al minutero, otra vida pasada, perdida, llorada. Otra vida sin llamas, sin alas. Otra rima consentida. Otro verso sin sentido, en un poema... que se apaga.
¡Qué encienda la luz del alba! esta noche no es ni noche. Hay rasguños de tiempo llorando, desgarrados y violados entre las sábanas, heladas. Sólo se sienten los leves latidos abochornados del reloj y ya huele a putrefacto el despertar. Por no decir, que no debo, que huele a muerte de madrugada. No me despiertes mañana. 

sábado, 18 de febrero de 2012

Misantropía

Voy a incendiar la Tierra. Voy a sofocar el Sol. Quebrará el fino cristal de la Luna de oírme gritar. Quiero  desgarrar cada galaxia y ver arder al Universo. Quiero destrozarle la vida a la vida. Quiero partirle las horas al tiempo. Voy a cambiar las reglas del juego. Voy a enterrar las copas de los árboles y el viento no tendrá donde soplar. Pondré fin al infinito. Y no, no lo haré por ti. Ni por nadie.
Anestesia mental. Soy inmune al Mundo.

jueves, 16 de febrero de 2012

Petite mort

Una hora en tu cama es tan corta y tan extensa que se nos escapa entre las piernas y gotea por las sábanas. Es tan intensa pero tan etérea... tan urgente, suave, revoltosa y a la vez tan tranquila, pausada. Tan eterna y mortal que no creo que sobreviva a la siguiente hora, aunque no deseo otra cosa que morir de ti.

Búscame entre la ropa

¿Quieres liarme las sábanas, robarme las ganas, partirme la voz? Dime, ¿qué quieres? ¿Quieres que prendamos fuego a la razón? No sé a qué esperas. Cámbiame los versos por miradas. No necesito más abrigo que tu piel. Déjate de cuentos que ni tú te crees. No me voy a marchar ni me vas a dormir con una nana. Lo que yo quiero es que me quites el sueño, sumergir tequieros en sudor, ahogarlos bajo la piel de tu cuello y morirnos a la vez. Hazme después revivir. Hazme la vida. Hazme poesía. Hazme de cera y derríteme. 

miércoles, 15 de febrero de 2012

Madrid


Pan con chocolate y naranja. Tú. Un paseo bajo la mirada sostenida de los rascacielos de la ciudad, o bajo la sombra de las acacias del Retiro. Mil lugares donde huir y olvidar la vida. Pero aquí se está mejor, dando migas de rutina a los cisnes negros. Salir a flote tras cruzar los puentes de la historia. Chocarse con la gente notando su presencia. Dejarse perder. Dejarse guiar y sorprender. Recorrer de nuevo la Gran Vía y no sentirla igual. Un café bombón a las tres. Llegar a casa y echar de menos montar en metro, sentirse tan grande y diminuta a la vez.

lunes, 13 de febrero de 2012

Ven y llévame.

Puede que solo sea casualidad, el choque inesperado de mi instante y tu momento. Te veo en el vaho de las mañanas frías que exhalo en mi aliento, que llevo tan dentro y expulso como si no me hicieses falta. Otras, en cambio, eres la humedad de la hierba, la que solo me cala si me dejo caer sobre ella, buscando un escalofrío de lluvia no consumada.
Pierdo el tiempo pensando que lo estoy perdiendo y me sorprende que aun no me haya enfriado tanto calor malgastado. Lo cierto es que no me importa estar así, al acecho de un gesto, una sonrisa, un detalle, un momento tuyo y mio, un instante solo nuestro.
Dices que eres una gota de agua que empaña mi ventana, pero yo sé que eres ese mar que viene a removerme las olas. Lo cierto es que no me importa estar aquí, esperando que me arrastre tu marea, que me destierres de una vez los pies hundidos en la arena.

domingo, 12 de febrero de 2012

Difusa resignación.

Hoy he cenado con tu desgana y tu desdén, como nunca hiciste tú. Me hicieron saber mi insensatez: pensar que me piensas si ni siquiera sientes cuando te besan mis manos. Ni tus fantasmas me abrazan. Asumo la despedida. Seguiré por donde iba antes de toparme contigo, buscando excepciones a la soledad. No te guardaré rencor. Ni recuerdo. No se puede recordar lo que no ha sucedido. No les digas a mis sueños que todo era mentira. Sueñan despertar los sueños en vilo y los sueños prohibidos aun creen que duermo contigo.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Barreras mentales

Estoy harta de los límites, de fronteras, de banderas. De las metas que no llegan. Estoy harta de las mentes con cerrojos y los ojos como platos. De las uñas afiladas. Harta de que la mediocridad sea un fracaso. Del temblor de los labios, de las cuerdas que estrangulan las gargantas. De las ganas de llorar. Quiero mirarte a los ojos y no puedo. Quiero sentir lo que sientes y me da miedo.  Quiero abrazarte un segundo y me aparta el tiempo.
 Necesito romper a patadas este muro de prisas, de cruces de brazos, de miradas que observan, de prejuicios. Pero muro, sobretodo, del aire que nos separa. Quiero tirar esta pared que me impide coger tus besos al viento y a ti con ganas.

martes, 7 de febrero de 2012

Indecisión.

Me diste a elegir uno de tus colores y yo no sabia cual coger, si el rubor de tus mejillas o la chispa naranja de tus ojos; el color con sabor a chocolate de tus lunares o el negro encendido de tu pelo. No sabía si quedarme el transparente de tu piel y robar, sin que te dieses cuenta, la sombra de tus hoyuelos. Estaba a punto de decidirme por el marfil de tu sonrisa cuando dijiste: tómalos todos, que yo no los quiero.  Y mientras lo decías, todos tus colores perdieron su esplendor.

lunes, 6 de febrero de 2012

Mal endémico.

Me arañan las entrañas. Me roban la razón. Devoran lo ordinario. Me infectan de locura. Me dan escalofríos solo con pensarte. Y hasta creo que tengo fiebre.  No sé por qué lo llamarán mariposas. Son murciélagos.

domingo, 5 de febrero de 2012

Huele a quemado.

Me besas como si quisieras quitarme la sustancia. Me dejas sin aroma cada vez que me inhalas. Pero hoy vengo buscando venganza. Voy a abrazarte tan fuerte que tendrás que rogarme que te deje respirar. Vamos a entrelazar nuestros dedos hasta que no sepamos cual es tu mano y cual la mía. Y que se desgasten las horas de tanta fricción.

viernes, 3 de febrero de 2012

Los de verdad.

¿Has tenido esa sensación? Mucha gente te rodea pero te sientes solo. Algunos te quieren durante los minutos que te tienen en frente y cuando te das la vuelta desapareces para ellos. Y ellos para ti. Esa sensación de estar siempre a la intemperie, desprotegido y sin nadie más que la pantalla de un ordenador a quien contarle tu soledad.
Pero, ¿nunca has tenido esa sensación de estar con alguien tan a gusto que jurarías que llevas con él toda la vida? Aunque en realidad os conozcáis de dos días, hablas con más naturalidad que cuando le hablas al espejo. Sabes que puede leer tu pensamiento y sentirse como te sientes.
A pesar de todo, de vez en cuando te ataca un pequeño pánico de poderlo perder. Te aterrorizas por un instante. Hasta que vuelves a mirar vuestra foto y te das cuenta que no existe nada capaz de romper esto, por que no es algo que hayamos forjado los dos. Es algo que ya estaba ahí antes de existir los conceptos “tú” y “yo”, y no depende de nosotros, ni de nadie. Por mucho que intentemos, no lo podremos romper. Estamos condenados para siempre a ser aliados contra la vida.  

Ni sé por qué asalto vamos.

Dame una tregua. Dame un respiro antes de que empiece a respirarte.  A ver si vas a ser más real que lo real, aunque ya dudo de todo. Si crees conocerme te reto a pasar a mi lado mil años, a ver si consigues descubrir quien soy.  Si quieres fumar, fumemos la pipa de la paz, a ver si va a dejar de ser un juego y nos tiramos a matar. Podrías derribarme con el soplo de un beso pero prefieres usar la mezcla de los “quizás” y los “peros” con ingrediente secreto. Buscas los míos entre tantos huesos por que sabes que están sin roer. Pero no me importa, de momento me entretengo viéndote correr y mirar de vez en cuando para atrás a ver si te persigo. Viéndote perder en este juego que te acabas de inventar. Nunca pensé que fuese tan divertido hacerse daño.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Anamnesia.


Clavos ardiendo. Noches en vela. Promesas cumplidas.
Tonto corazón.
Fotos de recuerdos.
Historias prohibidas y secretos a voces.
El camino. Las pisadas. Aguacero, aguardiente y calma.
Son las 3. De la mañana. Para siempre. Yo en mi cama. Tú, no sé.

El tic… y el tac. El sabor de los colores. El color de los sonidos. Vasos de nada. Paredes que embisten. Ventanas por abrir. Candados de papel. Castillos de arena. Princesas con ojeras.
Vestidos con volantes.
Cajones de porqués.
Brújulas desorientadas y relojes a destiempo.

Las horas del día y de la noche los miedos.