sábado, 28 de diciembre de 2013

Ondas en el agua.

Ahora entiendo cuando decías te echo de menos y te contestaba 'yo más' mientras terminaba la frase en mi cabeza: 'yo te echo de más'.

Ahora quizás vuelvas a mi mente en bicicleta y recuerde lo que es extrañarte, pero será con más sabor a nostalgia que a tus dedos por mi espalda. Por qué sé que al igual que regresas te irás, transeúnte, pasajero, dejando tu sonrisa haciendo eco hasta que lentamente también desaparezca y de ti nada quede.

Deshilaré el silencio taconeando rumbas y las sombras las cambiaré por barras de otros labios y de otros bares. Te olvidaré como otros se olvidaron. Y sobre otros zapatos bailaré igual que sobre los tuyos bailaron una vez mis pies descalzos.




lunes, 14 de octubre de 2013

Ruedas de carro.

Pensamos que somos distintos por que llevamos distintas máscaras.
Pero no hagas caso.
Al final la tierra que todos ahora pisamos después a todos nos cubre.
Los gusanos que escarban en ella aletean días más tarde sobre tu mano.
Todo gira y culpamos al tiempo, condenado a cargar nuestras quejas sobre ruedas de carro.
Cada segundo nace un segundo. Y cada minuto muere una vida entera.

Y pensamos, por tener alma, que engañaremos a la guadaña.
Sin embargo, ésta solo siente lástima ante nuestro disfraz de eternidad humana.

martes, 17 de septiembre de 2013

Puede que esta vez sí

Podríamos morir súbitamente pero no serviría de nada. Seguiríamos echándonos de menos. El frío es muy frío allí abajo y uno siempre duerme solo. Los ojos no ven nada. No, no serviría en absoluto.
Mejor seguir sobre la hierba seca donde las mariposas pastan. Me dormiré en la manta verde hasta que el tiempo tire la toalla. Hasta que el segundero pierda el ritmo aburrido y desesperante de poner punto mortal a cada vida que vivo contigo.

viernes, 28 de junio de 2013

Un sombrero en el camino.

Descansas a mi lado, siempre atento a mis movimientos. Yo busco una nueva idea. Aunque sea mentira. Igual que las mentiras que abrigan el mundo. ¿Son reales? Son mentiras que hay que creer.

Tú me abrigas.
Yo te creo.

Vuelcas tu sombrero. Está lleno de horas, de puertas, de ideas al fin y al cabo, que me regalas sin pensarlo.

Te miro, intentando comprender. Estás lleno de horas. De oscuridad a oscuridad… ¿deberíamos temblarnos con los ojos? ¿Deberíamos morir de escalofríos? ¿O quizás prometer y olvidar? Solo para crear un momento perfecto. Solo para pagar nuestras deudas al tiempo. Solo para los dos. Para ver la magia rodando desde el hombro hasta las manos, erizando el vello con una caricia. Solo en un instante. Y al momento siguiente buscaremos en otros lares otros versos que nos besen. Se cruzaran nuestras miradas por casualidades. Sin decirnos nada. Solo ellas entenderán nuestra mentira y callarán su realidad.

viernes, 14 de junio de 2013

Susurro de mar.

A menudo, un recuerdo viene a verme. No encuentro razón para tales visitas, fortuitas y tan breves. Cuando se van, dejan el olor de agua salada en el aire de mi cuarto. Siento la arenilla entre los dedos de los pies, el sonido de las olas jugando y el de tus palabras despeinándome.

Yo sin querer mirarte. Tú mirando al mar.

Será que aún, después de tantos años, sigo sin saber qué responder. Será que sigo dudando si venias buscando un abrazo o un porqué. O quizás me supo a poco que te conformaras con rozar mi mano y dieras media vuelta con un hasta siempre entre los labios.

Yo, sin querer mirarte, te veo marchar de nuevo. Una y otra vez te llevas contigo tus miradas, tus palabras, las cosquillas de arena, el olor a mar… Sin poder deteneros.

Sigo sin saber qué venías buscando, ni porqué vuelven ahora tus fantasmas. Quizás nunca te fuiste.
O por el contrario, puede que nunca hubieras estado allí. Que tus palabras fueran tan solo la brisa del mar. Pues no quise mirarte ni escucharte y fingí no sentir la corriente eléctrica de tu mano despidiéndose.

viernes, 29 de marzo de 2013

Luz de Gato


El gato tranquilo descansa en la torre. Vigilia y protege cada atisbo de luz. Oscura la vestimenta que le cubre y le hace visible entre tanta claridad.

El gato en la torre te mira al pasar y descubre en tus ojos todos tus secretos, toda tu maldad.

Pero el gato tranquilo te deja pasar. No hay más fuego en tu fuero interno que el que ardió sobre su piel. La vida le dio, de medalla, el carbón que tiñe de sombras su manto.

Quizás, de siete, ésta sea la última que le queda por quemar.

Y ahora el gato negro descansa sobre la torre blanca.

Te mira y escudriña. Pero no eres tú su amenaza. Como tampoco le amenazan las horas que pasan. Ni teme al insomnio o al fin de mes. No le asusta el calendario que deshoja cada otoño. No le teme a la vida pues hizo un trato con la muerte:

Siete vidas a cambio de sus pupilas rasgadas, para poder ver el mundo desde unos ojos de gato.


domingo, 3 de marzo de 2013

No se pierde a quien no se olvida.

Manos que suplican con caricias miles de "notevayas" y "nomedejes".
Manos que aprisionan, abrazando las mías.
Manos de fuego, manos que temen perderse de mis manos.
Manos que lloran y que duelen.
                                                   Silentes.

Son las mismas que algún día volaron del nido de otras manos.
Y que arden con tal fuerza que atraviesan los siglos y abrasan las mías.

Que sienten tan fuerte que aun las siento.

lunes, 18 de febrero de 2013

Changes

Me harté de tanta perfección. Me harté de tu estructurada ética. De que tu manera fuera la única forma de hacer las cosas bien. Y me harté de hacer las cosas bien para que al final todo saliera al revés.

De tu tóxica moralidad cristiana.

Tenía que elegir. Eras tú o Madrid. Eras tú o yo. Y no fue tan difícil como quieres pensar. Incluso creo que ya la suerte estaba echada antes de conocerte. Aunque para mí fueras un sueño, no llegaste ni para verme despertar.

Podría haber aprendido mucho de ti, pero no me enseñaste ni a decir un adiós que no te duela. Tampoco me importa. Ya no te pienso. No te quiero más aquí y no sé si algún día lo quise o sólo te daba oportunidad tras oportunidad.

Como dijo el poeta:
"Érase una vez un incansable luchador, luchando por salir de tu aburrido corazón".

domingo, 10 de febrero de 2013

Duelo

Asesino de misterios, acabaste con la emoción. Estate alerta, te asaltarán los fantasmas de los sueños. Y has de saber que no hay lugar donde huir, ni rincón donde esconderse cuando la imaginación agoniza entre llamas, pues de su muerte nace el odio. El fuego que prendiste destellará y abrasará tus noches para que no puedas dormir.
 Sabías que el deseo nos tenía reservadas mil historias detrás del as de corazones que descubriste.

En ese momento moría de pena, llorando gota a gota todo el encanto, al ver bañada en su propia sangre a la pasión. 

Gotas de magia encarceladas en frascos de cristal.

Ahora solo quedan despojos, las espinas de unas flores marchitas sobre la tumba del feto de lo que pudo ser y no fue.

Y las espinas de esas rosas no son sino los dientes que me las entregan.

lunes, 14 de enero de 2013

Por la muerte del dia, la noche vela


Brochazos de aire rasgan el cielo. Hoy las nubes están de luto y el techo está pintado con trazos de rabia. Está tan vistoso como las propias centellas que le engalanan.
El viento se va resguardando, enroscándose en ovillos de suspiros de algodón. Arruga y tira del azul oscuro de las mantas. A medida que se acerca la noche sigilosa, la luna se pone el resplandeciente uniforme de marfil. Es su turno de velar por las nubes, que hoy están de luto.

martes, 1 de enero de 2013

Soy es Hoy sin tí.

Hoy estamos condenados a ser libres, a olvidar que ayer fue un día nublado. Hoy vivo como si no te conociera. Te quiero como si no te conociera. Y sonrío porque tengo dos chinchetas clavadas sin razón bajo el ardor de las chapetas.

Hoy no respondo a más preguntas. Cuando dudo, recurro a las soluciones que guardo en el ombligo.

Hoy no me preocupa.

Hoy no te olvido, porque ya te olvidé ayer. Pero olvidas que también tú me rozaste, te alejaste y me arañaste. Y te tuve que inventar.