Hoy no respondo a más preguntas. Cuando dudo, recurro a las
soluciones que guardo en el ombligo.
Hoy no me preocupa.
Hoy no me preocupa.
Hoy no te olvido, porque ya te olvidé ayer. Pero olvidas que
también tú me rozaste, te alejaste y me arañaste. Y te tuve que inventar.
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