Yo sin querer mirarte. Tú mirando al mar.
Será que aún, después de tantos años, sigo sin saber qué
responder. Será que sigo dudando si venias buscando un abrazo o un porqué. O
quizás me supo a poco que te conformaras con rozar mi mano y dieras media
vuelta con un hasta siempre entre los labios.
Yo, sin querer mirarte, te veo marchar de nuevo. Una y otra
vez te llevas contigo tus miradas, tus palabras, las cosquillas de arena, el
olor a mar… Sin poder deteneros.
Sigo sin saber qué venías buscando, ni porqué vuelven ahora
tus fantasmas. Quizás nunca te fuiste.
O por el contrario, puede que nunca hubieras estado allí. Que
tus palabras fueran tan solo la brisa del mar. Pues no quise mirarte ni
escucharte y fingí no sentir la corriente eléctrica de tu mano despidiéndose.
No hay comentarios:
Publicar un comentario