lunes, 18 de febrero de 2013

Changes

Me harté de tanta perfección. Me harté de tu estructurada ética. De que tu manera fuera la única forma de hacer las cosas bien. Y me harté de hacer las cosas bien para que al final todo saliera al revés.

De tu tóxica moralidad cristiana.

Tenía que elegir. Eras tú o Madrid. Eras tú o yo. Y no fue tan difícil como quieres pensar. Incluso creo que ya la suerte estaba echada antes de conocerte. Aunque para mí fueras un sueño, no llegaste ni para verme despertar.

Podría haber aprendido mucho de ti, pero no me enseñaste ni a decir un adiós que no te duela. Tampoco me importa. Ya no te pienso. No te quiero más aquí y no sé si algún día lo quise o sólo te daba oportunidad tras oportunidad.

Como dijo el poeta:
"Érase una vez un incansable luchador, luchando por salir de tu aburrido corazón".

No hay comentarios:

Publicar un comentario