Me vas doblando una a una las esquinas de mi tiempo. No te
importa que ya sea circular. Te crees que no me doy cuenta. Pero no pierdo
detalle de como me tallas con sumo cuidado. Con sigilo, para no disipar ni por
un momento la midriasis de mis pupilas. Igual de simple que yo, que subrayo tus
colores para hacerte sentir mejor. No dejemos de enredar, ahora que empiezo a
sentir el sentido de tus huellas dactilares marcadas en las figuras de plastilina.
Ahora que me embadurno de pinturas acrílicas sólo para que repares en mis
matices. Convertir mi arcoíris en tu iris. Ese es mi maléfico plan.
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