Amo las noches cuando pierden el sueño. Cuando se acurrucan
en mi ombligo y me cuentan sus miedos. Pongo a hervir agua en el cráter de la
luna y preparo infusiones de romero y melisa. Vuelvo a la cama y miro el techo,
vacío de estrellas. La ausencia de luciérnagas del cielo es la que hace perder
el sueño a las noches. Mis noches, que tiemblan con el temblor de las sombras
de la luz de las velas.
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