viernes, 4 de mayo de 2012

Adiós.

Un día te vas buscando otra vida. Y las hojas siguen cayendo a la tierra, muriendo de otoños, y de abriles que ahogan. Y las hojas mueren, pero mueren dando vida a la tierra que dejan. Y hoy te vas. Te dejas caer de nuestros brazos, como aquellas frágiles hojas. 
Pero dará vida, cayendo a la tierra, la luz que ya no tiene donde ir si no atraviesa tus transparentes ojos claros. Dejan vida los recuerdos y los abrazos que no pudimos dar y esperan aún que los recibas con los brazos abiertos. Y dan vida a la tierra las lágrimas de los ojos que lloran por ti. 


                                                                                     A mi primo, Tato.

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