domingo, 1 de enero de 2012

Déjame solo conmigo, con el íntimo enemigo.

Huir o enfrentarte a ti mismo. De cualquier modo sabes que acabarás herido y vencedor. Renacerás cuando mueras. Si consigues atravesar con esta espada tu cuerpo, se romperá por fin el fino hilo que te une a ti. Celebrarás tu victoria sabiendo que perdiste en esta batalla lo que más necesitabas para ganar la guerra.

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