miércoles, 29 de noviembre de 2017

Sonrisa caoba

No entendí las reglas del juego. Te recuerdo, sentada en tu pupitre, tu sonrisa tendida con pinzas de sol a sol. Yo colgado, como cada mañana, de una taza de café. En el reflejo entre la espuma buscaba tus ojos negros y la trenza caoba de tu pelo. Encontré tu mirada en mil muñecas y quise seguir el mismo juego pero en ninguna estabas tú. Y mientras espero y desespero, otras esperan por mí. Cuando vengas no estaré, cuando vuelva te habrás ido. Yo voy cambiando de juego y... de loca en loca, tiro por que me toca.

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