domingo, 14 de diciembre de 2014

Insignificante

Primero te he ignorado. Te he escuchado y te he odiado. Me he atrevido y te he atacado. De nuevo te he escuchado y, esta vez, me has embaucado. Te he perseguido y te he encontrado mirándome sin verme, tocando sin sentirme.
A tus ojos verdes soy aire. A tus sentidos silencio. No existo más allá de tu piel, más allá de tu canoso cabello.
He escalado por tu voz y temblado en tus cuerdas vocales. Me he aventurado a través de tus oídos, haciéndome camino atravesando cavernas de hueso que has ido dejando abiertas. He buscado ahí dentro, en tu cabeza. He encontrado bibliotecas con techo a cielos de misterios, montañas de historias con final genial, suelos de cemento esculpidos con saber, jardines en desiertos de papel. He encontrado de todo, kilómetros de selva habitados por políglotas animales, bestias de fuego. Incluso me topé con los dragones que protegen la mente de la humanidad.

Pero, rendida, perdida sin mapa después de tanto caminar por los surcos cerebrales, encontré tan solo la invitación a salir de tu cabeza, sin conseguir lo que buscaba:
Allí había de todo menos un hueco para mí. 


Hoy te vuelvo a ver y tú aun preguntas mi nombre.


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