lunes, 18 de febrero de 2013

Changes

Me harté de tanta perfección. Me harté de tu estructurada ética. De que tu manera fuera la única forma de hacer las cosas bien. Y me harté de hacer las cosas bien para que al final todo saliera al revés.

De tu tóxica moralidad cristiana.

Tenía que elegir. Eras tú o Madrid. Eras tú o yo. Y no fue tan difícil como quieres pensar. Incluso creo que ya la suerte estaba echada antes de conocerte. Aunque para mí fueras un sueño, no llegaste ni para verme despertar.

Podría haber aprendido mucho de ti, pero no me enseñaste ni a decir un adiós que no te duela. Tampoco me importa. Ya no te pienso. No te quiero más aquí y no sé si algún día lo quise o sólo te daba oportunidad tras oportunidad.

Como dijo el poeta:
"Érase una vez un incansable luchador, luchando por salir de tu aburrido corazón".

domingo, 10 de febrero de 2013

Duelo

Asesino de misterios, acabaste con la emoción. Estate alerta, te asaltarán los fantasmas de los sueños. Y has de saber que no hay lugar donde huir, ni rincón donde esconderse cuando la imaginación agoniza entre llamas, pues de su muerte nace el odio. El fuego que prendiste destellará y abrasará tus noches para que no puedas dormir.
 Sabías que el deseo nos tenía reservadas mil historias detrás del as de corazones que descubriste.

En ese momento moría de pena, llorando gota a gota todo el encanto, al ver bañada en su propia sangre a la pasión. 

Gotas de magia encarceladas en frascos de cristal.

Ahora solo quedan despojos, las espinas de unas flores marchitas sobre la tumba del feto de lo que pudo ser y no fue.

Y las espinas de esas rosas no son sino los dientes que me las entregan.