miércoles, 4 de abril de 2012

Historia sin final.

Que llames un domingo sin esperarlo y me obligues a reír sin tregua ni respiro. Que me tortures hasta que me duela la tripa o tema morir de risa. Vamos a saltar en los charcos más grandes y a ver quien grita más alto. No digas nada, sólo sácame a bailar. Y al final de la noche seguiremos dando vueltas en horizontal.
Quiero que mis cabellos acaricien tus dedos. Que tus dedos se retuerzan de escalofríos.
Quiero que termines esta historia en privado, con palabras que no se deban contar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario