miércoles, 31 de mayo de 2017

Death Valley

Se terminó el agua y la comida. Te adentras en el paisaje ocre, arrastrado, apenas sin percartarte, por nubes de polvo. Cruzas kilómetros de arena que tiran con fuerza de tus pies hacia el centro de la tierra, convirtiendo en una tortura cada paso que das. Acantilados infinitos donde arrojas las esperanzas en bolsas de papel que llevan por logotipo la marca del Diablo. Continuas sediento bajo el castigo del sol mientras enjambres de pensamientos intrusivos arrollan tu mente. Sientes en tu cogote la mirada acusadora de las rocas firmes; yerras si piensas que podrás huir.
Atraviesas la agonía, y al caer la noche el infierno te abre sus puertas y cura tu sed con veneno. Y allí, en la Ciudad del Pecado abandonas la vida; y es allí donde encadenarás tu alma a la desidia y la lujuria durante el resto de los días.
 
 

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