viernes, 29 de marzo de 2013

Luz de Gato


El gato tranquilo descansa en la torre. Vigilia y protege cada atisbo de luz. Oscura la vestimenta que le cubre y le hace visible entre tanta claridad.

El gato en la torre te mira al pasar y descubre en tus ojos todos tus secretos, toda tu maldad.

Pero el gato tranquilo te deja pasar. No hay más fuego en tu fuero interno que el que ardió sobre su piel. La vida le dio, de medalla, el carbón que tiñe de sombras su manto.

Quizás, de siete, ésta sea la última que le queda por quemar.

Y ahora el gato negro descansa sobre la torre blanca.

Te mira y escudriña. Pero no eres tú su amenaza. Como tampoco le amenazan las horas que pasan. Ni teme al insomnio o al fin de mes. No le asusta el calendario que deshoja cada otoño. No le teme a la vida pues hizo un trato con la muerte:

Siete vidas a cambio de sus pupilas rasgadas, para poder ver el mundo desde unos ojos de gato.


domingo, 3 de marzo de 2013

No se pierde a quien no se olvida.

Manos que suplican con caricias miles de "notevayas" y "nomedejes".
Manos que aprisionan, abrazando las mías.
Manos de fuego, manos que temen perderse de mis manos.
Manos que lloran y que duelen.
                                                   Silentes.

Son las mismas que algún día volaron del nido de otras manos.
Y que arden con tal fuerza que atraviesan los siglos y abrasan las mías.

Que sienten tan fuerte que aun las siento.