Quizás hoy le de un respiro al corazón
y a la mano la libertad de escribirme lo que quiera.
Quizás así no me ruja el intestino con tanta fiereza
y las piernas me desobedezcan como ordeno.
Así quizás engañe a la cabeza
y sus manecillas dejen por un momento
de anunciar la hora tan a destiempo.
Y el plomo de los pies se deshaga
en gotitas de mercurio.
Y los días sean más largos,
más llenos de vida
y menos cargados de segundos pasajeros.
Quizás así la esfera del reloj sea un portal,
a través del cual te de con calma
el abrazo que te debo.
viernes, 9 de agosto de 2019
Calma
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