lunes, 28 de enero de 2019

Café contigo

Pensé que eras Café Quijano, pero eras más Jarabe de Palo. Eras mi sabina cuando me faltabas. Se afinaba la oreja de van Gogh cuando volvías. Esos meses que escribí en negativo, te los dedico a tí, todos esos meses que no escribí, por que fuiste tú quien me devolviste las historias que otros me robaron. Tú, que has encendido el largo invierno y alimentado al animal con tu cariño humano. Y ahora, sigues siendo tú quien sigue aqui cuando me faltas, que nunca faltas cuando estás. Tú, que eres mi tres en punto del reloj y las olas de un mar en calma. Yo, casi adicta al café con miel de tus ojos, aunque tú no lo sepas, espero ver aparecer entre las sábanas cada noche, y que me acaricie, tu mirada.