viernes, 20 de abril de 2018

Seguir

Cinco horas buscando al tiempo. Y las cinco se perdieron.
Veinte años alumbrando los pasos con la luz de hogueras de recuerdos. Vivir para prender.
No buscar motivos por el miedo a encontrar el infinito bajo los pies. Vértigo. Abismo. Vacíos llenos de nada. Desperdicios. Y en caída libre, los ojos al suelo.
Despertar en otra oportunidad. No pedir agujas al tiempo. Caminar por el vacío como si tuviera sentido, por el camino de baldosas como babosas que tiemblan a cada soplo de conciencia. No dudar. No pensar.
Tambalearse por la cuerda floja de que está hecha la cordura. Y mirar hacia abajo cuando quieras volver a caer en brazos de la locura.