viernes, 27 de julio de 2012

Ambos lados.

Ambos lados de mi cama son para mí. No cabe más silencio entre las sábanas, pegadas a la piel. No entra más oscuridad en mis pupilas. No hay frío en lluvia, cansada de llover. No hay tiempo en las horas. Los campos por los que trotas se riegan con las ganas de llorar. Y la mala hierba cada vez me agarra más fuerte.

Y entonces oigo cabalgar de nuevo. Y la sangre se encabrita de verte llegar montado en Azabache. Se sueltan las riendas, me pisas los estribos. La mala hierba fue un mal sueño. Solo eso y ahora es nada. Ahora relinchas si me alejo. Ahora que me buscas, me encuentro.