miércoles, 16 de agosto de 2023

Aquí, ahora.

El verano se acaba

y yo

sigo buscando al tiempo 

que se escapa entre tus dedos. 

Pero sigo viviendo,

y pienso

que los malos momentos fueron sólo un mal sueño. 

Ahora está aquí.

Aquí mismo, no más lejos.

Ayer sólo es

una foto de un recuerdo. 

Ahora está aquí,

conmigo y contigo en este abrazo eterno. 

Ahora está en el café de la mañana y en el libro que te lleva a mundos opuestos. 

Ahora es ahora lo único que quiero.

lunes, 27 de junio de 2022

Hay un demonio pequeñito en mis entrañas. Duerme sólo a veces, por el día mordisquea aquí y allá y va devorando cuanto encuentra a su camino. Le encontré esperándome con descaro en la escalera, me encontró con la lengua fuera y me tendió la mano y una zancadilla. De bruces caí al suelo y fui a topar con la más hermosa y enorme mariposa. Abrió sus alas de colores y sin saber cómo me encontré bailando una cumbia con la vida. 

Me encontré una noche trasnochada, traspuesta, acunada por la voz de García Montero. Por la mañana las ojeras me delataban y confesé ante D mis desperfectos (...).Yo, prendida por la miel de sus palabras, ahora no entiendo vivir sin batallar por los sueños, ahora que lucho por mis sueños no entiendo vivir sin conocerlo. (...).



lunes, 15 de febrero de 2021

Reiniciar

 ¿Cuánto tiene que llover para llevarse el nubarrón?

¿Cuánto tendrá que llorar para llevarse el dolor?

¿Cuánto tengo que explicar para entender

que nada es como pensaba,

que era mentira,

una pesadilla, una traición?

 

No hace falta ser feliz a toda costa

ni tampoco desembarcar en cada puerto.

No hace falta naufragar en cada intento

casi por necesidad.


Se resiente el corazón,

y escupiendo los latidos por la boca

gritará hasta que le escuches:

 

que a veces ser mediocre es lo mejor,

perder es un acierto

y olvidar es la capacidad de crear nuevos recuerdos.


miércoles, 29 de julio de 2020

Ya no te quiero

Ya no te quiero. Aun no has llegado y puedo decir que ya no te quiero. Vendrás y pasarás, Agosto, como todos los demás meses del año, como uno más. Y así espero que sea, que pases y no dejes huella. Aun es julio y ya estás con tu axfisiante calor apretándome el cuello, con ese nudo perfecto que me ahoga en la garganta, con tus treinta y un días saltando y descargando su peso contra mi pecho.

Tu sombra, de luz ardiente, me persigue por detrás de la próxima hoja del calendario. Y sin permiso aparecen las ganas de llorar para masticar desde dentro las entrañas, como una elipse de fuego arrolladora e infinita.

Me sentía más cómoda cuando todo era oscuridad, cuando el frío cerraba mis poros evitando que mi ser se evaporase así, tan en vano. Sin esa luz perforando mis pupilas, sin ese cubo de oro que viertes abrasándome la piel. Sin tu nada que decir, sin tu todo por hacer.

viernes, 3 de julio de 2020

Cortocircuito

Desde que los relojes son ladrones de tiempo, en lugar de darte la hora te quitan el aliento cortándote la vida en cachitos pequeños.

Desde que el correo ni corre ni vuela, es tan inmediato que no me da tiempo a pensar lo que quiero pensarte y ya sabes lo mucho que te quiero antes de que pueda yo saberlo.
 
Desde que mis manos perdieron todos sus dedos menos dos, con los pulgares tartamudeo y en morse nos comunicamos con dos morsas inseparables como prolongación de mi cuerpo.
 
Desde que el corazón se descarga siempre me olvido el cargador en la nevera y cada latido me aleja un megabyte más de ti. Me grita, cansino e incansable que quiere enchufarse una y otra y otra vez.

Desde que el microondas nos enseña a pensar, cada vez dudo más y siento menos. Te veo más y te siento menos. Y me creo menos de lo que veo.

Desde que cambiamos las miradas por palabras mutiladas y los guiños por emoticonos, los párpados se caen y las lenguas no se buscan ni se hablan. El brillo de los ojos ya no conoce la luz, las persianas están siempre echadas, por que las ventanas del alma son ahora pantallas con luz azul antifatiga.

No sé si se me cortocircuita el corazón o tendría que hacer caso a mi smartphone y actualizar mi firmware de nuevo a la última versión. 

martes, 2 de junio de 2020

¿Lo reconoces?

Otra vez tú. Otra vez esta casualidad de la vida de que tú estés ahí y yo a dos metros de ti. Mientras te escuchas a ti mismo pienso en lo que voy a escribirte. Desde tu altanería no puedes ver mis irónicos ronquidos. Lamentos de socorro por unas migajas de silencio. Busco entre tus alaridos unas palabras adecuadas para describirte: un caballero descabellado. Un principe enlatado. Una risa desafinada. Una rana desbocada. Un caballo en una charca, de tuercas desajustadas. Un bostezo prematuro. Un soneto malsonante. Una violación de oidos...

Relájate y disfruta: lo mejor de la función es que siempre termina. 

domingo, 3 de mayo de 2020

Música en tu barriga

Música en tu barriga. Luz.
Primero andar, hablar, sonreír.
Enseguida leer, aprender, escuchar.
Recoge los juguetes después de jugar.
Más tarde maquillarse e ir de compras.
Estudia, me lo agradecerás.
Siempre pendiente de cada paso.
Un empujoncito después de cada caída.
Tus ojos como primer paisaje del mundo.
Tus brazos como primer sustento de la vida.
Me lo enseñaste todo.
No importa cuántos años pasen, cuantas decepciones,
siempre estás ahí.
Y todo lo das.
Ojos avellana, sabor café.
Paciencia y fuerza infinitas.
Sabia como cien años de desventuras.
Dulce como la miel y madre como ninguna.


13 de diciembre, 2013. Santa Lucía


miércoles, 12 de febrero de 2020

Todo lo que me queda eres tú.

Una cosa ten por seguro: no va a ser una rotación más. Se entra a las 8:00h y se sale a las 15:00h sí, pero en esas 7 horas pueden pasar muchas cosas que no te esperas. Olvídate de la rutina. Vas a aprender medicina, claro, pero no la medicina de los libros. Vas a aprender la medicina que nadie te ha enseñado, esa que tanto anhelabas saber.
Aprenderás que el dolor de un paciente se puede aliviar con la presión de tu mano sobre su piel, y que se pueden dar rescates con sonrisas y sentido del humor. Sabrás que tu presencia es importante y que en una angosta habitación de escasa luz caben muchas miradas de confort y palabras de complicidad. Serás testigo de enfrentamientos, en tantas veces que las extremidades inferiores y el cerebro prefrontal piden cosas diferentes y la lucha es irremediable y arrolladora. Pero, tranquilo que también vas a aprender a negociar con la anatomía del cuerpo y del ser para encontrar el punto medio.
Vas a aprender a reinventar el día sobre la marcha porque, como descubrirás, el tiempo es elástico y moldeable y siempre hay un ratito cada día para pasarlo bien. Te demostrarán que la música puede hacer bailar el corazón de una persona que ya hacía tiempo que no sentía nada.
Para mí, la rotación por Cuidados Paliativos ha sido muchas cosas, pero si me pides definirlo en una frase, Paliativos es la voz ahogada que plasma en una pizarra: “todo lo que me queda eres tú”.
Si tu próxima rotación es Cuidados Paliativos, vete preparado. No porque te vayan a preguntar la última actualización de la guía terapéutica, sino porque puede ser que te reencuentres a ti mismo en el reflejo ocular de tu paciente, puede ser que quieras compartir sus lágrimas y daros un abrazo. Pero no te preocupes, porque también aprenderás que no pasa nada por llorar y que, a veces, lo único que necesitan todas las personas es simplemente un abrazo cada 24 o 48 horas.

martes, 31 de diciembre de 2019

El mundo de los hombres

El mundo de los hombres queda lejos, a quince mil parpadeos para despertar. Aquí las normas tienen el sentido que tú le quieras dar. –Por los ríos descendía en cascada el zumo de uva y los charcos turbios tenían el tinte del vino tinto- El problema son los extranjeros, que algunos llegan sin saber cómo, y angustiados solo quieren volver. Solo hablan de la tierra, de poner los pies en el suelo y son torpes para volar […]

sábado, 23 de noviembre de 2019

Granada

En el número 4, de la Chana al Zaidín con parada para un vino en el barrio de la Caleta.
Por la puerta de Elvira el otoño me tendió una alfombra de hojas secas de colores.
Tan beata y tan morisca, tan alegre y tan libre por derecho. Tan orgullosa de tu tierra y de tu Sierra, atenta siempre de sus picos, Veleta y Mulhacén, por si amanece Nevada.

Tu impaciencia y tu pasión me contagiaron. Y no me olvido del naufragio de sentimientos cuando me enseñaste a navegar. Prohibido mirar el mapa, prohibido seguir las normas. La única ley vigente es dejarse llevar.

Ni así me olvido de tu olor a churros con chocolate y a pasteles recién hechos por la Acera del Darro, ni el de la piel curtida en el mercado de la Alcaicería.

A punto estuviste de pensar que me iba a marchar de tus calles sin escribir de tus murallas. Murallas que lejos de separar, nos unieron y me arroparon.

Volveré, Granada, a dejar que me pierdan las revueltas empedradas de tu Albayzín.




viernes, 9 de agosto de 2019

Calma

Quizás hoy le de un respiro al corazón
y a la mano la libertad de escribirme lo que quiera.
Quizás así no me ruja el intestino con tanta fiereza
y las piernas me desobedezcan como ordeno.
Así quizás engañe a la cabeza
y sus manecillas dejen por un momento
de anunciar la hora tan a destiempo.
Y el plomo de los pies se deshaga
en gotitas de mercurio.
Y los días sean más largos,
más llenos de vida
y menos cargados de segundos pasajeros.
Quizás así la esfera del reloj sea un portal,
a través del cual te de con calma
el abrazo que te debo.

viernes, 5 de julio de 2019

Aunque no estés tú

Amo las aguas de marzo y el suave viento de agosto
Amo las copas rotas, amo la vida misma.
Amo tanto mi amor, que amo sin que estés tú.
Amo las noches de pelo ralo y oscuro;
Las horas que dejan la marca del café sobre la mesa.
Amo el llanto de los hombres que no saben llorar.
Amo la luna llena.
Amo la hierba buena.
Amo los ojos claros y los funerales de abril.
Vivo segundo a segundo, como todos vivimos.
Y aunque algunos segundos desperdicio, otros son de traqueteo
Y los amo aunque no estés tú.

domingo, 3 de febrero de 2019

Duelo

Cuando más alto subas, de más alto caes, dicen. Pero no hace falta subir tan alto. Bajo tus pies se derrumba el suelo que siempre creíste real. Sientes primero vértigo por un caer eterno. Eterno hasta hacer tope con el nudo del estómago, dónde rebota y tira de ti para hacerte caer aun con mas fuerza. Caída libre para descubrir después flotando tu cuerpo, mientras tu mente despega. No hay suelo firme pero tampoco hay techo ni paredes. Nada. Ni barrotes ni alas. Neutralidad contrariada. Ira y desesperación te ciegan. No puede estar pasando esto. No puede ser real. Quizás pueda hacerte cambiar de idea. Asumiré que perdí. Perdí todo lo que me ahogaba y perder lastre solo puede hacerte crecer.

lunes, 28 de enero de 2019

Café contigo

Pensé que eras Café Quijano, pero eras más Jarabe de Palo. Eras mi sabina cuando me faltabas. Se afinaba la oreja de van Gogh cuando volvías. Esos meses que escribí en negativo, te los dedico a tí, todos esos meses que no escribí, por que fuiste tú quien me devolviste las historias que otros me robaron. Tú, que has encendido el largo invierno y alimentado al animal con tu cariño humano. Y ahora, sigues siendo tú quien sigue aqui cuando me faltas, que nunca faltas cuando estás. Tú, que eres mi tres en punto del reloj y las olas de un mar en calma. Yo, casi adicta al café con miel de tus ojos, aunque tú no lo sepas, espero ver aparecer entre las sábanas cada noche, y que me acaricie, tu mirada.

martes, 2 de octubre de 2018

Reinventarse

He perdido la cuenta de los días. Y me cuesta cada vez más echarte de menos. Lunes o miércoles, no lo sé. Uno tras otro son lo mismo. Un año o un siglo, qué sé yo. Si jugar con palabras ya no me divierte. Saldré antes del anochecer a buscar alimento y de paso darle patadas al sol. Y quizás, robaré a la luna un poquito de su luz.
Recuerdo que me preocupé por el tiempo y el dinero. Ahora que no tengo ninguno de los dos, ambos me sobran. Y me sobran muchas cosas más. Voy perdiéndolas una a una, soltando lastre.
Aprendí que tienes que meterte en la guerra si quieres conocer tu batalla. Así que entre arbustos de espinas me lancé. Con cuatro rayas de barro pintadas en mi rostro. Con la cantimplora medio llena y las botas de camuflaje, que desempolvé ayer. No me despido. Sé que volveré, más grande y más fuerte.


martes, 18 de septiembre de 2018

Queso y mandarina

Hoy me encontré a la Luna, que era un gajo de mandarina. Dicen que tropezó y, al caer del cielo, ha quedado colgada de una punta en una cuerda de tender. Allí me la encontré dormida, con las ojeras cogidas con pinzas de colores. ¿Dónde estuviste Luna, qué por más que seguí tu destello no te alcancé? Y otras alumbras tanto y no te dejas ver. Ayer te vi y eras de leche merengada aunque queso de la Mancha llorabas querer ser. ¿Dónde están hoy todas aquellas que te acompañaban? ¿dónde las frías madrugadas que deshacías con tu luz? Dime si quieres cenar mañana, que a mí siempre me acompañas, milímetros de frío y blanco fuego bailando al ritmo del viento sobre el mantel. Tú, que de los fantasmas de la noche me haces reír y transformas las sombras a tu antojo. Tú, que me has velado siempre, a mi y a todos. Tú, Luna, que con tu cara oculta descubres nuestra oscuridad. Tú, tan grande y mírate, derretida toda tu cera sobre la manta de trigo y centeno. Todo tu zumo disuelto en este mar de trigo donde el grillo y la chicharra se bañan bajo los aspersores de tu luz gris de Luna de mandarina.

martes, 31 de julio de 2018

Olor estival

Huele a desorden. Una puerta que se quedó abierta nos devuelve los despojos y nos trae las lluvias. Huele a tormenta y no he traído botas ni paraguas. En verdad espero con ansia el agua que cayendo con fuerza se lo lleve todo, empezando por los brotes más verdes. Aunque tú quieras que el ombligo más profundo te engulla y ser el más cobarde, yo buscaré caer y romperme en el suelo en mil pedazos con cada gota que caiga. Cuando escampe iré a buscarte al ombligo más profundo, a cogerte por la solapa si con suerte no estás flotando en el lodo, si con suerte no estás boqueando desesperado. Huele a cadáver desde hace meses y el verano no tiene pudor en destapar nada. Tú esperas con ansia las lluvias que hagan desaparecer todos tus errores, como por arte de magia.

miércoles, 13 de junio de 2018

De revés de vez en vez

Un asalto más. Ataca tu incoherencia contra ti, contra todo. Con lógica quizás para ti, que no sé si comprenderé alguna vez. Otro revés y ya ves, no sé si aprenderás alguna vez. Quisiera contarte todo lo que me dudan las manos, me sudan los ojos y me vuelca el estómago. Todo lo que me desarman tus silencios. Contarte el amargor que disparan mis parótidas inundado mi boca de hiel, otra vez. Quisiera sentarme contigo, ver tu realidad y entenderte para poder explicarte lo que sientes. Quisiera ver el mundo desde tus ojos y enseñarte en un dibujo el mío. Contarte en un garabato que la vida es todo lo complicado que la quieras pintar. Nada más difícil que dejarse llevar, lo sé. Sólo quisiera regalarte mi mundo en un abrazo, que me des tu mano y te dejes llevar. Nada tan fácil, nada tan difícil. Y lo sé, pero cada vez que quiero ayudarte, me muerdes sin pensar.


miércoles, 16 de mayo de 2018

Fight!

Elegir el camino equivocado, sabiendo cuál es lo correcto; o quizás no. Bigeminismo. Ponerte contra las cuerdas y golpear hasta destrozar el espejo, cada vez más fuerte. Decorar tu cara a patadas haciendo añicos el cristal. Romperme las manos por ti hasta reducirte a cero y empezar de nuevo a conocer a tu enemigo. Enemigo de la misma sangre, con la misma piel. Ese que siempre volverá, monstruo en cada asalto más fuerte, más grande, pero siempre el mismo. Con tus mismos miedos y luchando por el mismo sueño: ser el mejor guerrero.


viernes, 20 de abril de 2018

Seguir

Cinco horas buscando al tiempo. Y las cinco se perdieron.
Veinte años alumbrando los pasos con la luz de hogueras de recuerdos. Vivir para prender.
No buscar motivos por el miedo a encontrar el infinito bajo los pies. Vértigo. Abismo. Vacíos llenos de nada. Desperdicios. Y en caída libre, los ojos al suelo.
Despertar en otra oportunidad. No pedir agujas al tiempo. Caminar por el vacío como si tuviera sentido, por el camino de baldosas como babosas que tiemblan a cada soplo de conciencia. No dudar. No pensar.
Tambalearse por la cuerda floja de que está hecha la cordura. Y mirar hacia abajo cuando quieras volver a caer en brazos de la locura.